Visitar a Machado…Una historia llena de dolor…
marzo 4, 2009Las dos caras de la moneda sobre la tumba de A. Machado…
marzo 4, 2009La tumba de
Antonio Machado
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La tumba que tanto menosprecia es el resultado de una suscripción popular que se realizó en 1957 bajo el impulso de Pablo Casals y del Comité Antonio Machado de Collioure. El Ayuntamiento del momento cedió gratuitamente y a perpetuidad una ubicación destacada a la entrada del cementerio. En cuanto a mí se refiere, me adhiero plenamente al espíritu que presidió la elección del tipo de sepultura, esto es: la modestia que ennoblece el gesto y engrandece el símbolo. Y creo que Antonio Machado le hubiera cedido, muy gustoso, el mármol y el oro que parecen gustarle tanto. Antes que su opinión, prefiero la sinceridad de los numerosos donativos que se recibieron en cuanto se lanzó la suscripción o el testimonio de los que han continuado visitando desde entonces, de forma oficial o anónima, la tumba de Antonio Machado (Manuel Vázquez Montalbán, Gil de Biedma, José Agustín Goytisolo, Gabriel Celaya, Blas de Otero, Ángel González, Carmen Conde, José Luis Cano y un largo etcétera.)
Al Comité Antonio Machado le sucedió, en 1977, la Fundación Antonio Machado de Collioure, de la que soy presidente de honor. El Ayuntamiento sigue apoyando material y económicamente esta asociación, que honra cada año con diferentes manifestaciones artísticas y culturales la memoria del poeta y con él a todos los exiliados españoles.
Entre las actividades artísticas y culturales, la fundación organiza el Premio Internacional de Literatura Antonio Machado en el que, si mal no recuerdo, Almudena Grandes participó como jurado hace unos años. Dejo que cada uno se imagine todo lo que estos eventos pueden aportarle económicamente a la Fundación y al Ayuntamiento.
ALMUDENA GRANDES
Para Antonio
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Muchos años después, hace pocos, estuve en Colliure, donde él no eligió morir, en el cementerio donde le enterraron hace hoy 70 años. Mucha gente dice que es bonito. A mí me pareció espantoso, una tumba pequeña, indigna, pobre, ajena, insignificante y sobre todo fría, muy fría, demasiado para un poeta que me ha hecho temblar de emoción tantas veces. Pero no todo es negativo. Para el Ayuntamiento de Colliure, por ejemplo, Machado representa una estupenda fuente de ingresos. Además, los españoles que llegan hasta allí por autopista, ni siquiera se dan cuenta de lo cerca que están de las playas donde los franceses encerraron, como si fueran ganado, a los soldados del Ejército Popular de la República, esos hombres que afrontaron la derrota con los versos que el poeta había escrito para ellos, grabados en la memoria y en el corazón.
Nunca más volveré a gastarme un céntimo en Colliure. Pero, a despecho del tiempo y de la historia, quiero ofrecerle a Antonio una tumba española, caliente y soleada. Porque ya no tengo el libro que me regaló mi padre. Sin dar opción a sus hermanas, mi hijo mayor me lo robó hace años, y no se lo pediré cuando se vaya. Así, algún día, mis nietos se lo robarán a él, y al abrirlo, leerán una cuidadosa inscripción con boli azul, Almudena, 73. Y aprenderán por qué Antonio Machado es el poeta nacional español, aunque esté enterrado tan lejos de casa.
©El País.
Franco, ya no volverá a cabalgar por Madrid…
marzo 4, 2009Declarada nula la
retirada de la
última estatua
de Franco en
Madrid
Los jueces consideran que no hay que reponerla por carecer de finalidad práctica
Si la Ley de Memoria Histórica no lo hubiera remediado, Franco cabalgaría de nuevo en Madrid. En esta ocasión, con el aval del madrileño Tribunal Superior de Justicia. Este órgano judicial ha dado la razón a la Fundación Nacional Francisco Franco, que mediante recurso contencioso-administrativo impugnó en marzo de 2005 el desmontaje y la retirada de la estatua ecuestre del dictador del acceso sur de los Nuevos Ministerios. La escultura permaneció 46 años sobre una peana, a 6,5 metros de altura, en la plaza de San Juan de la Cruz.
El alto tribunal madrileño se pronuncia a favor del recurso planteado entonces, al detectar infracciones administrativas por parte del Ministerio de Fomento, y sentencia la “nulidad de pleno derecho de su actuación material” al decidir el desmontaje. Y estima que tal actuación constituyó una innecesaria “vía de hecho”. Pero el TSJM establece que “no procede la reposición inmediata de lo realizado”, como solicitaba la fundación legataria del dictador, pues la recolocación de la escultura carece de finalidad práctica.
Asimismo, destaca que tras la entrada en vigor de la Ley 52/07, concerniente a la Memoria Histórica, “ha surgido una pérdida sobrevenida del objeto del pleito”, ya que aquélla faculta a las administraciones a retirar cuanto exalte la sublevación militar, la Guerra Civil y la represión durante la dictadura.
Fuentes del Ministerio de Fomento señalaron anoche que su departamento estudia la sentencia a efectos de recurrirla, si bien considera que, aunque establece defectos formales por parte del ministerio, “al no determinar costas por indemnización a terceros y no contemplar la reposición de la estatua, poco más cabría obtener de tal recurso”.
En la noche del 17 de marzo de 2005, a demanda de la Subsecretaría del Ministerio de Fomento, operarios de la empresa Tragsa, provistos de una licencia municipal para reparar una acera en la plaza de San Juan de la Cruz, andamiaron la estatua ecuestre de Franco allí ubicada, la desmontaron y la retiraron de la peana que ocupaba. Fue trasladada a unos almacenes del ministerio situados en la calle de Gregorio Benítez, número 18, según explica la sentencia.
La retirada de la escultura se demoró varias horas, al comparecer varios agentes de la Policía Municipal que demandaron la licencia de obra; en el contorno surgían los cánticos del himno falangista Cara al sol por parte de unos 200 nostálgicos del franquismo y curiosos allí congregados. El anclaje de la peana al suelo, afianzada con garfios metálicos, demoró la actuación de la grúa que intentaba izarla. La estatua de Franco, inspirada en la que Donatello esculpiera en 1450 en Padua para el condottiero Erasmo de Narni, Gattamelata, fue fundida en bronce en 1956 por el valenciano José Capuz (1884-1964) y permaneció en los Nuevos Ministerios desde 1959 a 2005, 30 años después de la muerte del dictador.
©El País
36 cadáveres de soldados jóvenes que nadie quiere…
marzo 4, 2009Tras nueve meses de aquí para allá, los restos de soldados de ambos bandos serán enterrados. Tuvieron la desgracia de ser hallados cuando se buscaba a 12 republicanos fusilados. Es el epílogo sarcástico en el dichoso año de la Memoria.
Un viento helado y silbante azota de costado Singra la mañana del miércoles. Manuel Martín, el alcalde de esta localidad ubicada 40 kilómetros arriba de Teruel, abre una de las puertas del antiguo colegio -cerrado por falta de críos desde hace dos décadas- y señala el despropósito: «Usted cree que esto es sitio…». En la pared de la izquierda del cuartucho, junto a una vieja mesa, una pala, un banco descolorido y un montón de botes de pintura llenos de polvo y telarañas, se apilan un montón de cajas de cartón marrón.
Hasta que el alcalde socialista de este pueblo conservador -los 98 vecinos votan al PP en las generales pero al él en las municipales- logró colar su voz en la radio aprovechando la polémica montada por el juez Baltasar Garzón y su iniciativa de desenterrar hasta el último muerto de la Guerra Civil. «Podemos levantar media España buscando a familiares», se pronunció Martín, «pero, ¿qué pasa con los que salen y que nadie reclama?, ¿qué hacemos con ellos?». La denuncia surtió efecto. Pasado mañana, por orden del Gobierno de Aragón, los 36 de Singra abandonarán sus féretros de cartón y serán ceremoniosamente sepultados en tres nichos del cementerio de la localidad.
Para entender cómo han llegado los huesos a este lúgubre rincón de la vieja escuela hay que remontarse dos años atrás. Fue en 2006 cuando la asociación Pozos de Caudé, que agrupa a familiares de desaparecidos durante la contienda y quienes han abierto varias fosas en la zona, se puso en contacto por primera vez con el ayuntamiento de Singra. [En toda España, desde el año 2000 se han abierto 175 fosas comunes de las que se han recuperado los restos de 4.100 personas].
Los de Pozos de Caudé buscaban a 12 concejales republicanos de la vecina localidad de Calamocha fusilados en las cercanías de Singra en 1936, en los albores de la contienda. Según algún testimonio de la época, sus cadáveres habían acabado bajo el suelo del camposanto del pueblo. Llamaban al alcalde porque querían sacarlos de allí y entregárselos a sus descendientes. «Todos sabíamos que en esa fosa había soldados y que si excavaban sus restos saldrían los primeros», relata Martín.
La historia de la sepultura de los combatientes anónimos se conocía porque la había contado Vicente Gómez, quien participó en los enterramientos. Vicente, 90 años el próximo abril, es un anciano muy lúcido y bien puesto. Sentando frente al ventanal de su casa, dibuja las posiciones que ocupaban los dos bandos enfrentados aquel febrero de 1938. Los nacionales, instalados en Singra -algunos oficiales dormían en su casa- avanzando camino de Madrid. Los republicanos, en la sierra de enfrente intentando contener la embestida. Cuando la batalla acabó, con el triunfo de los primeros, a Vicente le ordenaron que aparejara su carro y recogiera los cadáveres, de ambos bandos, desperdigados en la zona. «Salimos cuatro carros y cargamos una decena de cuerpos cada uno», recuerda.Los echaron en la fosa.
Y allí estaban cuando los arqueólogos comenzaron las excavaciones en octubre de 2007. Ni rastro de los concejales republicanos que se buscaban, quienes, probablemente, están bajo las tumbas de los vecinos de Singra, levantadas en los 80. Para sacarlos habría que mover a todos los muertos. En su lugar, salieron esqueletos armados con cartucheras, restos de municiones, dentaduras jóvenes…Uno a uno, hasta 36. Anónimos. Sin ninguna placa o pista que los identificara.
El martes serán enterrados de nuevo juntos, distribuidos en tres nichos que serán sellados con una enorme placa de zinc. En ella, se leerá la famosa estrofa del poeta John Donne: «La muerte de cualquier hombre me disminuye porque soy parte de la humanidad.Por eso nunca preguntes por quién doblan las campanas…».
Fuente: El Mundo.